Melinda Haynes dijo:

"Forget all the rules. Forget about being published. Write for yourself and celebrate writing".


Seguiré el consejo de Melinda Haynes.

31 de marzo de 2010

9

CAPÍTULO VEINTITRÉS. Fin de semana.

-¿Regina? ¡Despierta! Nos vamos en dos horas y estoy preparando un gran desayuno que quiero que comas entero.

Eran las siete de la mañana. Me sentía descansada y muy feliz, todavía recordaba la noche anterior cuando bailaba con Pablo. Cuando terminamos nuestra danza con música que sonaba sólo en nuestras cabezas y corazones, tomó un mechón de mi pelo colocándolo tras la oreja para verme mejor. Después sostuvo mi mano e introdujo en mi dedo anular izquierdo un pequeño anillo hecho de papel con un corazón en medio.

-Feliz mes –me sonrió.
-¡Es hermoso! –reí sin mentir; estaba muy bien elaborado-. ¿Tú lo hiciste?
-Sí, busqué tutoriales para poder hacerlo –se encogió de hombros.
-Me encanta –y nos abrazamos.

Fue una tarde y noche preciosas sin duda alguna.

-Hola, tía, gracias por despertarme –respondí al saludo de mi familiar mientras me estiraba. Ella abrió mis cortinas y la luz radiante del sol me pegó de lleno en la cara.
-Hola, ¿dormiste bien?
-Muy, muy bien. ¿Tú?
-Igual –salió de mi cuarto diciendo adiós y yo me metí a la ducha.

Veinte minutos después, ya bañada y con crema humectante por todo el cuerpo, buscaba en mi clóset qué ropa ponerme. Encontré una blusa floreada y un top flojo blanco que iría encima. Me puse unos pantalones de mezclilla gastados y unas sandalias que cubrían mis tobillos. Luego conecté la secadora y peiné mi cabello, pero no tenía intención de dejarlo perfecto así que no tardé demasiado. Era hora de los accesorios y el maquillaje, pero mi estómago rogaba por alimentos así que bajé a desayunar.

-¿Ya está todo, tía? ¿Te ayudo? –antes yo nunca me ofrecía a ayudar… Vaya que había cambiado.
-Pon los platos en la mesa, yo llevo lo demás.

De verdad fue un gran desayuno: derretidos de queso, fruta fresca, cubiletes, leche y cereal, jugo de naranja.

-¿Me quieres engordar? –le pregunté seriamente.
-No es mala idea –respondió echándome un vistazo.
-Estoy gorda, no lo niegues.
-¿Bromeas? Creo que podríamos saber cuántos huesos tienes… ¿Los contamos?
-¡Qué exagerada! Los huesos no se me ven, tampoco soy desnutrida –y la conversación se alargó.

-Hola, Papo –lo saludé cuando salimos de la casa listas para irnos.
-Mi linda –respondió él y recibí su acostumbrado beso en la frente.
-¡Mi bolso! –gritó mi tía y regresó a abrir la casa-. Regina, revisa si JellyYogurt tiene suficiente comida.
-Sí, tiene mucha.
-Ni siquiera te has acercado. Ve a revisar.

Me encaminé a la casita del Golden a chequear su plato.

-¿Ves? Te dije que estaba lleno… ¡Hola, Bea! ¡Hola, Dani! ¡Hola, Mariano! ¡Inés! –me alegré.
Entre todos nos saludamos y subimos a la camioneta recién comprada de mi tía.
-¿Qué tal estuvo Panamá?
-¡Divino! Ni se imaginan. Les traje recuerdos a todos, se los daré el lunes –contestó nuestra amiga.
-Hoy hablaremos sobre el correo –le susurré, y ella asintió con una pequeña sonrisa.

El viaje fue lleno de risas y bromas. Una hora y veinticinco minutos después de haber salido de la casa llegamos al fin a mi casa en la ciudad.

-¡Mamá! –exclamé.
-¡Hola! –me abrazó-. ¿Cómo has estado? ¡Hola, chicos, Ana!
-Bien… -fue mi respuesta, pero ya se había ido a saludar a los demás.
-Regina –escuché una voz.
-Dios, qué alta estás, Sofía –me asombré-. Cuando te dejé eras una enana –nos abrazamos.
-De enana nada, siempre he sido alta –se defendió. Mis amigos la saludaron y ella, penosa, los recibió.
-¿Ya conocías a Pablo? –le pregunté.
-No, sólo oí de él.
-Pues entonces te lo presento.
-Hola –dijo alegremente mi novio-. ¿Qué tal?
-Bien, gracias –continuó mi hermana. Luego se dirigió a mí y en secreto me confesó-: qué guapo es. ¿Es tu novio?
-Sí, es muy guapo, ¿no? Y sí, es mi novio. ¿Lo apruebas?
-Sólo viéndolo… ¡Por completo! –reímos. Era genial que ya nos llevábamos un poco mejor con Sofía.

Salimos a Fontabella y después fuimos a alquilar películas. Rogué que me dejaran llevar Rosso come il cielo, una película italiana que, aunque nadie me la había recomendado, por el simple hecho de ser extranjera tenía que ser vista por mí. Pero los demás querían otras, en especial Mariano, que siempre se ponía en mi contra para molestarme.

-¿Esta cosa italiana? “En el estilo de Los Coristas (…)”. ¡Regina! ¿Has visto Los Coristas?
-Sí, y me encanta. Les Choristes, en francés.
-Uy, perdón –se burló Mariano.
-No eres tan abusivo enfrente de Ceci –le dije en silencio para que Inés no me escuchara-. Por cierto, ¿no se molestó en que vinieras conmigo?
-La invité, pero no podía venir. Me dijo que no importaba.
-Ya veo. Entonces, nos llevamos esta –afirmé cogiéndola de sus manos.
-De acuerdo, pero yo escojo otra.
-Como quieras… -ni me enteré de cuál llevó él. De todos modos, era mi casa y mi televisor.



-¿Te gustó el día?
-Por supuesto que sí, la pasé contigo –era hora de despedirnos. Pablo y Mariano se regresarían con mi tía y las chicas y yo nos quedaríamos en casa para una pijamada.
-¿Te gusto la película?
-Me costó seguirla gracias a Mariano que no se callaba, pero sí, me gustó.
-Te dije que las películas fuera de los Estados Unidos son mejores.
-Eso es subjetivo –se encogió de hombros.
-Te amo –sonreí graciosamente.
-Yo a ti –rió él. Juntamos nuestras narices y frentes dulcemente-. Justo ahora es cuando las maripositas aparecen, ¿no?
-Lo sé, son malvadas.
-Te veo mañana –prometió separándose.
-De acuerdo, nos llamamos, sino. ¡Adiós!
-Adiós, mi linda.

Me despedí de tía Ana y Mariano y después los tres se subieron a la camioneta y partieron.

-Bueno, chicas, ¡al fin solas! –bromeó Bea.
-Que la pijamada empiece –bailoteó Dani.

Subimos a mi cuarto a preparar dónde dormiríamos. Eran ya las diez de la noche así que decidimos cambiarnos y quitarnos de encima lo que no necesitábamos. Después nos sentamos en círculo y abrimos el diario de las DIMBRIM.

-Antes que nada, brindemos por las DIMBRIM que no están presentes –dijo solemne Inés, tomando un vaso de agua y elevándolo.

-¡Por ellas! –exclamé. Inés se empinó el vaso y, ante la perplejidad de todas, se lo acabó rápidamente.
-¿Tenías sed? –preguntó sarcásticamente Dani.
-¡Un poco!
-“Pijamada en casa de Regina” –escribió Dani después-. Muy bien, ¿ahora qué escribo?
-Presta –le pedí. Comencé a apuntar algunas de las cosas que habíamos hecho en el día-. ¡Listo! Ahora… -miré a Inés de soslayo.
-Es hora de hablar, supongo –admitió-. Creo que era algo que ya me esperaba, chicas. Él estaba más que enamorado de Cecilia.
-De todos modos duele, Inés, nadie piensa lo contrario –la consoló Bea.
-Lo sé. ¿Él sabe algo? –me preguntó.
-¿Sobre ti? Nada, y yo me encargaré que así se quede.
-Gracias –suspiró.
-¿Será que va en serio? –se interesó Daniela.
-Supongo –se encogió de hombros Bea-. Se ven todos los días y siempre están sonriendo.
-Pero apenas empiezan…
-Mira a Pablo y Regina, mírate a ti y tu novio, Dani.
-Basta –detuve la conversación-. Pero dinos, Inés, ¿cómo estás? –y eso fue suficiente para que echara a llorar.



-Traje el helado –sonreí suavemente-. De suerte había en la refrigeradora. Esto mata toda la tristeza, Inés, yo misma lo he comprobado.
-Gracias, que linda –sonrió.
-¿Cómo puedes ser siempre tan dulce? –le preguntó Dani.
-No lo sé –se extrañó ella.
-¿Vemos una película? –ofrecí.
-Sí, pero de acción –pidió riendo un poco nuestra amiga dolida.
-Prometido.

Al final no encontramos ni una, así que decidimos ver la televisión. Estaban pasando realities tontos, pero los vimos de todos modos. Al menos eso haría que el ambiente se alivianara un poco.
Despertamos dormidas unas encima de otras. No habíamos querido hacer de la pijamada un gran alboroto por Inés, así que fue, en vez de un gran y cansado desvelo, una reconfortante noche de amigas.

-Regina, ya nunca me contaste si Antonio siguió buscándote –Bea decía esto mientras nos peinábamos.
-En realidad nunca me buscó, pero esa noche fue muy rara… Me agregó a Facebook.
-¿Y te ha hablado?
-Sí, un par de veces.
-¿Acaso no sabe de Pablo?
-Por supuesto que sí, hasta nos vio besándonos.
-Vaya, qué raro. ¿Quieres que hable con él para saber qué se trae? No mencionaría que lo planeé contigo, por supuesto.
-No, no importa. Si algo más pasa te cuento.
-De acuerdo.

Mi madre nos llevó a Antigua Guatemala ese día, una ciudad colonial llena de turistas y artesanías. Fuimos a misa temprano en La Merced y luego paseamos. Fue muy relajante y nos compramos pulseras típicas de todos colores. Yo aproveché y compré también un morral.

-¡Me encanta la Antigua! –exclamó Dani-. Más en Semana Santa cuando se llena de procesiones.
-A mí me gusta todo el tiempo. Mi tía tiene casa aquí –comentó Bea.
-Yo desearía poder decir que vivo aquí –intervine.
-Siempre lleno de gringos chulos, eso es lo mejor –rió Dani.
-¿Vamos al parque? –preguntó Inés, y todas accedimos.

El viaje de regreso fue divertido. Eran las cinco de la tarde y mi madre nos llevaría de regreso a Santa Cecilia. Puse el CD de Rihanna y no paramos de cantar en todo el trayecto.

-¡Rude Boy! –grité.
-Russian Roulette es mejor –dijo Bea.
-Eso es subjetivo –dije imitando a Pablo.

Llegamos a casa y mi mamá tenía que regresar. Nos despedimos, también de Sofía, y después entre amigas, pues algunas debían terminar tareas.

Resumiendo, fue un fin de semana espléndido.



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MIREN!! Les dejé un regalito!! Ojalá les guste el cap :D:D:D alaa pero me hacen un favor? COMENTE PLEASE! (: porfis!! hahahaha si comentan mucho, juro que publico más seguido. :D

Todos los lugares que aparecen en esta historia son reales, menos Santa Cecilia (el pueblo donde ellos viven). Ese si mega inventado, peroo inspirado en uno real que yo conozco. De ahí Antigua, Fontabella y todos esos sí son lugares de verdad aquí en Guate ^^.

Los amo! Bye (:

26 de marzo de 2010

11

CAPÍTULO VEINTIDÓS. "Yo la escucho...".

Ese martes cumplía mi primer mes como novia de Pablo. Le tenía preparada una tarjeta grande y bonita en la que le decía muchas cosas acerca de nuestro mes juntos.

Cuando se subió al autobús me dio un beso en la boca y luego nos abrazamos.

-Feliz mes –sonreí. Él sacó su cámara y me tomó una foto.
-Feliz mes –dijo. Me entregó una tarjeta también con una foto nuestra. Yo le di la mía-. ¿Salimos hoy?
-Tengo muchas cosas que hacer… Pero creo que puedo hacer tiempo.
-No quiero que dejes tus tareas por mí. Mejor llegaré a tu casa, como ayer, y el viernes que estés libre salimos en serio.
-Eso me parece –y le di un beso en la mejilla-. Hola, Isabela –saludé cuando ella subió.
-Hola –contestó sonriente.
-Ayer te iba a ir a ver, pero las tareas no me dejaron. ¿Qué te parece hoy?
-Muy bien, te esperaré.

Y así fue, porque ese día en la tarde Pablo y yo nos apresuramos con nuestros deberes y después de estar un rato a solas fuimos con Isabela.

-¿Por qué siempre me llamas Isabela, Regina? –me preguntó.
-¿No es así como te llamas?
-Sí, pero todos me dicen Isa, Isi, Chabe…
-¿Quieres que yo también?
-No lo sé, si tú quieres…
-De acuerdo, Isa, te llamaré ¡Isa! –reí.
-¿Quieren coca-cola? –preguntó Pablo cuando llegó a la sala con un doble litro lleno.
-¡Yo sí! –saltó Isa.
-Yo también, gracias –respondí.
-Hay Doritos en la cocina, ¿los traes, Isi?
-Claro –y salió volando a conseguir la bolsa de nachos.
-Estás algo serio –me preocupé por Pablo-. ¿Ha pasado algo?
-Como la radioterapia no funciona, Isabela comenzará con quimioterapia –dijo luego de unos segundos-. Hablemos de esto luego –se apresuró cuando vio que su hermana ya estaba llegando.

Me asusté mucho. Isabela continuaba enfermándose, nada iba bien. Y la quimioterapia la haría perder su cabello, quizás después del primer ciclo o el segundo. ¿Ella lo sabría ya? Su familia debía de estar muy angustiada. Pablo lo estaba.

-Entonces, ¿cuándo se casará tu tía? –comentó Isabela.
-Creo que a principios de octubre.
-¡Ya va a ser!
-Isabela, apenas estamos empezando agosto –rió Pablo.
-Bueno, pero da lo mismo.

Pablo y yo regresamos a mi casa después de una hora de acompañar a Isa. Ahí fue cuando él decidió continuar con lo que empezó.

-La próxima semana inicia los tratamientos.
-Lo siento mucho, Papo, mucho –dije abrazándolo.
-Será difícil, me imagino. Ya han pasado muchos meses y nada mejora. Lleva ya un año y medio con el linfoma.
-Debes ser paciente. Debemos serlo –lo consolé.
-Eso creo –minutos de silencio-. ¿Te contestó el correo Inés?
-No, tal vez no ha tenido tiempo. Tal vez espera a que nos veamos.
-Sí, de seguro. Ya son casi las diez, dijiste que te querías dormir temprano –me recordó.
-Prefiero estar contigo –murmuré-. Pero creo que tú necesitas descansar. Relájate y escucha un poco de música, siempre ayuda cuando pasas momentos difíciles.
-Gracias, Regina.

Me levanté un poco y le di un suave roce de labios. Después él me besó la mejilla y se encaminó a la puerta.

-Hasta mañana, hermosa –sonrió.
-Nos vemos –me sonrojé. Era increíble pensar que lo seguía haciendo.



-¡Ya es viernes! –exclamé esa mañana cuando Pablo salía de su casa. Celebraríamos nuestro primer mes y yo estaba emocionada.

Se acercó a mí y se sentó a mi lado.

-¿Cómo estás? –preguntó.
-Perfectamente. ¿Tú?
-De lo mejor –aseguró-. ¿Lista para hoy?
-Por supuesto. ¿A dónde iremos? –rogué para que me confesara.
-No te diré, lo sabrás hasta esta tarde.
-¿Ya tengo permiso de mi tía?
-¡Sí! Yo mismo se lo pedí, ¿puedes creerlo?
-Eres un encanto –lo besé en la mejilla.

El día fue largo, largísimo, pues esperaba mi sorpresa. Al fin llegó la hora de salida y fui corriendo a Pablo.

-¡Ya es la tarde! Dime a dónde iremos –demandé.
-Sígueme –me tendió su mano. El carro antiguo de su familia estaba parqueado en el colegio y nos subimos a él. Pablo se volteó a verme misteriosamente y dijo-: ¿quieres saber a dónde vamos?
-No, quiero un helado –reí-. ¡Por supuesto que quiero saber!
-Vamos a recordar nuestro primer día juntos como novios.

Eso me lo dijo todo, pero yo quería asegurarme. No insistí en todo el camino, en vez de eso hablamos sobre muchas cosas y oímos de todo tipo de música, hasta las rancheras. Después de media hora de viaje ya estaba segura de nuestro destino. Y quince minutos después me bajé del auto sonriendo.

-La playa –suspiré felizmente.
-Nuestra playa –me corrigió mi novio. Se acercó a mí y me tendió una bolsa-. Trae algunas cosas que necesitarás, tu tía la preparó por ti.

La bolsa llevaba un vestido playero y un tankini, además de sandalias, bronceador, lentes de sol, repelente de insectos y mil cosas más que mi tía había metido.

Me cambié rápidamente y cuando salí Pablo me miró contento. Nos tomamos de la mano y caminamos muy juntos hacia la arena. Y nos sentamos en ella.

-Te quiero mucho –susurré. Él me contestó con un beso en la frente. Nos quedamos así un rato y luego me pidió que me quedara dónde estaba, que él no tardaría nada. Tardó a lo más cinco minutos, regresando con una canasta con comida.
-No te iba a dejar morir de hambre –explicó. La canasta llevaba de todo y todo estaba delicioso.

Cuando terminamos, esperamos un rato y comenzamos a caminar por toda la orilla del mar. Íbamos descalzos y bien sujetos. Después corrimos como niños intentando atraparnos y terminamos cansadísimos. Yo estaba feliz que no había nadie cerca además de tres o cuatro chicos rondando por ahí, a lo lejos.

Rendidos, nos tiramos a la arena de nuevo, pero esta vez recostados en ella. Luego Pablo se acercó a mí y un largo beso dio comienzo, él acomodado un poco sobre mí. No fue un beso sucio, fue un beso hermoso.

La tarde continuó pacífica y el atardecer estaba bellísimo para observar. Esta vez estábamos sentados y abrazados.

-¿Qué deseas en este momento, Pablo?
-No alejarme de ti –se acercó a mi cuello.
-No lo haré, ya es una promesa –suspiré mirando al cielo.
-¿Tú que deseas?
-Que este momento se quede grabado en mi corazón para siempre.
-Me encargaré que así sea –me dio un suave beso cercano a la boca.
-Gracias –reí.
-También me gustaría saber lo que nos depara el destino, ¿sabes? –dijo momentos después-. O que en este momento reciba una llamada donde me dicen que Isabela está curada, o que tú y yo viviremos juntos para siempre.
-Cuando abandonamos la idea de desear que ocurra algo en este instante, estamos dando un gran paso hacia la posibilidad de encontrarnos con lo que es aquí y ahora –le dije mirándolo a sus ojos azules-. No son palabras mías, las dijo John Kabat-Zinn, un profesor de medicina.
-Creo que John tiene razón, entonces.
-Yo también lo creo.

Pablo y yo volvimos a recostarnos y cerramos los ojos. Y tal vez dormimos un poco.



La tarde fue muy rápida, pero maravillosa. Pablo había preparado un CD romántico para el regreso y ambos lo estábamos disfrutando.

-¿Sabes qué? Aún siento maripositas cada vez que te veo.
-¿En serio? Yo también –me sonrojé.
-Sí, las siento siempre, por ti.

“Nadie se resiste a ellas, al parecer”, pensé.

Entramos a mi casa, JellyYogurt haciendo mucho ruido, y mi tía estaba, como siempre en los últimos días, planificando su boda con una amiga llamada Silvia.

-Ya llegamos, tía. Hola, Silvia –saludé y Pablo conmigo.
-¿Cómo se la pasaron?
-Perfectamente, gracias –contestó él. Mi tía nos sonrió pícaramente y a nosotros nos dio risa.
-Entonces –me dirigí a Pablo-, ¿me acompañarás mañana a la ciudad? Dani, Bea, Mariano, tú y yo. ¡Ah, también Inés! Hoy vino de su viaje a Panamá, debo llamarla, luego me recuerdas.
-Claro. Ah, mi madre dijo que podía ir. ¿A qué hora nos vamos?
-A las nueve.
-Muy bien.
-Y… Ahora, ¿qué hacemos? –pregunté echándole una mirada a mi tía y su amiga.
-Pregúntale –susurró Pablo penosamente.
-¡No le preguntaré! –reí-. “¿Qué hacemos ahora, tía Ana?”
-Bueno, entonces no le preguntes y quedémonos aquí parados. Está muy cómodo el suelo, ¿verdad?
-Eres un tonto –le dije con suavidad. Después miré a mi tía y me animé-: Oye, tía, ¿qué se te ocurre que podamos hacer ahora Pablo y yo? –Papo se tiró una carcajada detrás de mí y trató de no hacerla oír.
-No lo sé, pueden subir al ático, si quieren. O a tu cuarto, pero a donde sea que vayan dejan la puerta abierta –de repente Pablo dejó de reírse para parecer serio.
-Prometido –contesté. Subimos a mi cuarto, que él ya conocía, dejando la puerta abierta.
-¿No estás cansada?
-Un poco, pero no importa. Bien, ya estamos en mi cuarto. ¿Y ahora?
-Estás verdaderamente aburrida, al parecer.
-Aburrida no… ¡ya sé! Espera –comencé a rebuscar en las gavetas y al fin saqué un cuaderno. Se lo tendí y él lo miró extrañado.
-¿Y esto? –entonces, cuando leyó la primera página, se quedó callado-. Es de tu padre –se sorprendió.
-Sí –asentí.
-¿Puedo? –se refirió a darle un vistazo por dentro.
-Claro, para eso te lo di –le dediqué una cálida sonrisa. Pablo estaba ensimismado con los pensamientos, dibujos, citas y poemas de personajes de la historia que mi padre se había esforzado en escribir o reescribir-. ¿Te gusta? –dije luego de unos momentos.
-Es genial –afirmó. Levantó su mirada hacia mí y añadió-: gracias por mostrármelo.
-Eres la primera persona fuera de la familia que conoce sobre él.
-Definitivamente un honor –dijo seriamente-. ¿Regina?
-¿Si?
-Si algo le llegara a suceder a Isabela, cosa que no quiero, sé que tú me entenderías. Tú has pasado por algo duro, nadie más de mis amigos lo ha hecho.

No sabía qué responder así que él continuó.

-Cada día me sorprendo de cuánto te necesito.
-Gracias –contesté-. Yo… Yo también pienso igual.

Pablo se levantó y me abrazó largamente.

-¿Quieres bailar? –me preguntó.
-¿Con qué música?
-Yo la escucho… -y, sosteniéndome entre sus brazos, comenzó nuestro baile.




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OMG perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón
PERDÓN por haberme tardado TANTO en postear de nuevoooooooooooo D: PERO AL FIN YA ESTÁ EL CAP. y algo largoo! O les parece corto? DÍGANME (:

La semana de exámenes pues tuve exámenes, obviamente, y por eso no publique y el finde pasado no pude porque me enfermé y anduve enferma la semana entera y el viernes que acaba de pasar me fui a EL SALVADOR (fotos mías en mi otro blog) y regresé ayer (re poco tiempoo ¬¬) y ahora al fiiiiiiiiiiin pude escribir y publicar.

Pásense a mi otro blog para leer sobre lo que tenía en mi ojo D: es medioo raro pero no grave (eso dijo el doctooor!) Aquí el link: http://wildheartssunglasses.blogspot.com/2010/03/que-dijo-el-doctor.html Lo que tengo se llama SÍNDROME CONVULSIVO, estoy propensa a tener convulsiones. Léanse esa entrada y entiendan mejor ^^
También quiero que concursen en estee:
http://wildheartssunglasses.blogspot.com/2010/02/concurso.html Anímenseee!!!! Concursen todos :D es todo marzo (que ya acabó) y abril!!:D:D

Perdón de nuevoo por tardarme tantoo en publicar D: no les prometo fecha para el próximo capítulo porque después les quedo mal -_- pero haré lo que pueda... jeez se me va la inspiración!!! Y no sé qué escribir sobre el linfoma de Isabela porque no sé de casos reales sobre eso D: tal vez vaya con un doctor a preguntar pero A QUIÉN? :S
Creo que eso me traerá problemas para los próximos capítulos... Ideas para otros capítulos? SE LOS AGRADECERÍA!!!!!! Y conocen sobre linfoma? :S
Aún así algo les aseguro: para los que querían más drama aparte de tanto amor y cursi aquí cursi allá, a Luz Bajo las Sombras le espera drama.

Ya se inscribieron al concurso? Todavía no? VAMOS! :D En mi otro blog ya llegué a las cien entradas! :D WOHOO (R) Y AQUÍ A LOS 62 SEGUIDORES, MUCHAS GRACIAS.

Saben qué?
TENGO HAMBRE HORRIBLE DE COMENTARIOOOOS. En el cap 20 tuve 20 comentarios (qué irónico) pero en el 21 sólo 11 D: sii hay algo que mejorar NO DUDEN EN DECÍRMELO.

NOTA: tal vez hayan algunos cambios en los capítulos ya publicados de la novela, pero cosas no-importantes, sólo como errores gramáticos o algo así... Si algo importante es cambiado YO LES AVISO.

Okay creo que ya me emocioné escribiendo... ADIÓS!!

P.D.: Se acordaron del cumplee de Pabloo? Fue este 13 de marzo! :D

13 de marzo de 2010

5

Cerrado la Semana por Exámenes! :D


THAT'S RIGHT! El blog cerradoo esta semana por mis exámenes de bimestre ^^

Hoy tenía ganotas de subirles un nuevo cap, pero con el relajoo de la gimnasia rítmica (en la que gané primer lugaar ;D les subo videoos de mi gyym en mi otro blog dentro de un ratoo!) y que tengo que estudiar no creo que pueda... Además me duele mi párpado y arribita de la ceja... de la nada sentí una presión horrible y como agujas frías D: es la segunda vez que me pasa!!! Fui al doc y tenía la presión alta (ya la tengo bieeen) y despuées me inyectaroon vitaminas para reactivar los nervios o.o jeez que miedoooo... el lunes voy con un neurologo fijo! El doctor dijo que podía ser algo que tuviera que ver con los oídos, pero también se asustó porque mi ojo estaba como medio agachado (el párpado) pero ahorita ya lo tengo normal. No se me ha quitado de todo el dolor pero ni modo... Ya me dejaron pastillas y etc.

Bueno, espero escribir prontooo!!!!!!!! Lástima que ahora empiezo exámenes martes y terminan el viernes, si no creo que sí escribiría -_- capaz que ni estudio hoy peroo igual ando re cansada y dolientee D:

Nos vemoos! :D


XOXO APM (:

6 de marzo de 2010

10

CAPÍTULO VEINTIUNO. Doble cita.

Me levanté temprano la mañana siguiente y con mucho apetito. Decidí desayunar fruta, cereal y jugo de naranja, y luego me comí una barrita de chocolate. Quedé satisfecha y luego adelanté unas cuantas tareas que traía, pero después de una hora me tiré en el sofá a ver televisión. No me di cuenta que ya era hora del almuerzo. Almorcé poco mientras pensaba que Mariano y Ceci comían delicioso sushi y luego me conecté a MSN. Entré a Facebook y pensé enviarle un inbox a Inés para contarle sobre Mariano, pero no sabía cómo hacerlo. El tiempo continuó pasándose rápido y faltaba poco más de una hora para que Pablo me recogiera y fuéramos por el café.

Subí a mi habitación a decidir qué ropa me pondría. Escogí un vestido suelto y corto gris, unas medias verdes y los zapatos correctos. También me puse una chaqueta. Sonó el timbre de mi casa y sabía quién era.

-Hola, lindo –me dio un beso en el cachete.
-Hola, ¿cómo estás?
-¡Casi lista! Dame quince minutos y nos vamos. ¿Quieres entrar?
-Claro, voy.
Entré a Pablo a mi sala de estar y subí corriendo a mi cuarto para terminar de arreglarme. Finalicé y bajé de nuevo.
-¡Ya está! ¿Ahora sí nos vamos?
-De acuerdo –sonrió-. ¿Y tu tía?
-Salió al súper mercado… Ya tengo su permiso de todos modos.
-Está bien, vamos.

Subimos al carro de su familia y nos fuimos al centro comercial.

-¿Inés ya sabe de Mariano?
-Quería escribirle un mensaje, pero me acobardé. Mejor se lo sigo cara a cara, ¿no?
-Creo que sería lo mejor.
-El próximo sábado iré a la ciudad a visitar a mi madre. Bea y Daniela me van a acompañar. Tal vez Mariano… Tú puedes venir, si quieres.
-Hmm. ¡Si va Mariano creo que será necesario que yo vaya!
-¡No seas tonto! “Mariano es sólo mi mejor amigo”, como dijiste de Andrea. Pero, ¿sabes? Muchos consideran que cuando tienes novio él se vuelve tu mejor amigo.
-¿Soy tu mejor amigo, entonces?
-Eres mi novio, pero creo que también una de mis mejores amistades porque confío en ti demasiado, más que en nadie. Además, Mariano es como mi hermano, no lo quiero de la forma en que te quiero a ti.
-Cierto. Yo también creo lo de novio-mejor amigo y de que quiero a Andrea como mi hermana –me dijo.
-Entonces, regresando a lo de antes, ¿me vas a acompañar a la ciudad?
-Sí, pero tengo que avisarle a mis padres.
-¡Perfecto! Será sólo un día, el sábado. Luego mi tía se va a regresar en la tarde y con ella y Mariano te regresarás tú. Las chicas se quedarán a dormir conmigo. Siento que tú no estés incluido en la pijamada, pero mi madre jamás me dejaría.
-No importa, lo entiendo.
-Oye, ¿cuándo es el examen de mate? –cambié de tema radicalmente.
-El miércoles, creo. Tenemos otros dos exámenes ese día y la entrega de un proyecto, así que creo que no me dará tiempo de estudiar.
-Nos irá bien de todos modos. ¡Y biolo! No recordaba que teníamos examen también de esa matera… Lo tenemos, ¿no es así?
-Sí, viene todo lo que hemos visto. No tengo nada de ganas de estudiar. Prefería biolo cuando estudiábamos sobre los hidrocarburos y todo lo de química. Ah0ra que se acabó me dan menos ganas de abrir mi cuaderno.
-Lo sé, era más interesante.
-Bueno, llegamos –anuncio Pablo.
-Le mandaré un mensajito a Mariano, espera.

“¿Dónde están? Pablo y yo acabamos de llegar”.

Me dijo que en nos esperarían frente a Artemis Edinter, mi tienda favorita de libros.

En el camino impedí que Pablo me comprara un paquete de chicles y lo pagué yo misma. Le compartí uno y yo me metí otro a la boca.

-¡Regina! –Saludó Pablo-. ¿Cómo estás? Qué onda, Pablo.
-Hola, Mariano –sonreí abiertamente-. ¡Hola, Ceci! Yo estoy muy bien, ¿ustedes?
-Hola, también estoy bien –dijo Pablo.
-Nosotros igual –respondieron a coro.
-Caminemos un poco, que tengo ganas –propuse. En el camino fui cantando canciones de todo tipo, desde Magalenha hasta Alice Underground-. ¡Estoy feliz! –me defendí cuando Mariano me llamó loca.
-Loca, feliz… Son sinónimos para mí. Y deberías afinar más tu voz, si me dejas decírtelo.
-Creo que no deberíamos tomar café, Reggie –comenzó a decir mi novio-. Luego te pondrás hiperactiva de verdad.

Me acerqué a él y le susurré:

-Si me das un beso luego creo que me mantendré calmadísima. Espera… eso sólo me despertará más.

Soltó una gran risa y Ceci y Mariano se sorprendieron.

-¿Qué hablan ahora? –preguntaron.
-No te importa –sonreí. Pasó un momento y continué-: ¿Mariano?
-¿Regina? –se burló.
-¡Ceci! –exclamó esta, y todos no reímos.
-Mariano, ven –le dije-. Te tengo que decir algo.
-Ya vas con tus chismes. Gossip time, ¿no?
-¡Claro que no! Que vengas –lo jalé-. Préstamelo un minuto, Ceci. Yo te presto a Pablo, pero sólo para platicar, ¿ok?

No esperé su respuesta y comencé a hablar con Mariano.

-¿Qué pasa? –preguntó.
-Nada, sólo quería saber si ya habías besado a Ceci.
-¿Tanto relajo para preguntarme eso? Pues no, no la he besado aún. ¡Llevamos sólo dos días como novios!
-Me haces sentir mal, ya sabes que yo besé a Pablo antes.
-Bueno, pero lo de ustedes no podía esperarse. Era más que obvio que se querían.
-Tal vez –miré hacia Pablo y Ceci-. Ella se ve feliz.
-¿Tú crees?
-Sí, lo sé.
-Qué alivio –suspiró-. ¡Es que me encanta! Además de bonita, sus gustos se parecen a los míos y, si son diferentes, son de lo mejor. Para decirte que no soporta a los Jonas Brothers, como, obviamente, yo.
-Yo tampoco, por si no te acuerdas.
-Sí, cierto. Es genial que no le gusten. Aunque tampoco prefiere el metal sobre los otros géneros, se va más por lo que a ti te gusta.
-O sea, la buena música. Es una broma, el rock, metal y etc. son de lo mejor también.
-Son lo mejor, querrás decir. Hablando de música, ayer en el junte de su amiga pasaron canciones de ese chico de quince o algo así que tiene voz de niña. ¿Cómo se llama?
-¡Voz de niña! ¡Qué grosero!
-No lo vas a negar.
-No, no lo niego, pero, aunque no me gustan todas sus canciones, hay algunas que sí. Se llama Justin Bieber.
-Ese le gusta a Ceci, pero más o menos.
-¿Su artista favorito?
-Tiene muchos.
-Oh, ya veo. Hmm, llegamos al café –nos detuvimos los cuatro (Pablo y Ceci iban un poco más adelante) a pensar qué tomaríamos-. ¿Saben qué? Ya no tengo ganas de tomar nada.
-¿Bromeas? –rió Ceci-. Entonces, ¿de qué tienes ganas?
-De un gran helado. O mejor un pastel. O mejor dulces. ¡O palomitas!
-Entonces vamos al súper mercado y de paso compras jamón –salió con el raro comentario Mariano.
-Bien, bien. Me comeré un trozo de pastel aquí, ya lo decidí. Todos me darán un traguito de sus cafés.
-De acuerdo, entremos –me tomó de la mano Pablo.

El pastel, que era Black and White, estuvo sabroso. Le compartí a todos y Pablo me dio un poco de su café, pero también le quité a Mariano.

-¡Delicioso! He quedado satisfecha. Ahora tengo sueño –me quejé.
-¿Quieres una almohada? –me ofreció Mariano.
-Me encantaría.

Dobló una servilleta en forma de rectángulo acolchonado y creo con otra un oso de peluche miniatura.

-Ten. El oso te librará de las pesadillas.
-Perfecto, no podía pedir algo mejor –acomodé la pequeñísima almohada y fingí que me preparaba para dormir.
-La siesta te hace más inteligente, así que tienes mi permiso para dormir –se encogió de hombros Ceci.
-Leí ese artículo de la siesta unas treinta veces este año –aseguró Pablo-. ¡Estaba por todas partes! En Internet, el periódico, Hotmail…
-¿Creen que sea cierto? –pregunté.
-Sí, ¿por qué no?
-No lo sé, yo también les creo a los investigadores.
-¿Mariano? –preguntó una voz femenina. Era una chica morena muy bonita y alta.
-¿Amanda? ¡Hola! Hace muchos meses que no nos vemos.
-¡Lo sé! Vaya, estás más alto que la última vez que te vi –era cierto, Mariano había crecido mucho, ahora era como de mi tamaño.
-Algo –respondió él-. ¿Cómo has estado? –Mariano ya se había levantado y la abrazaba fuertemente. Ella respondió y luego él nos presentó-. Ella es Ceci, mi novia; ella, Regina, mi mejor amiga y él Pablo, un amigo de nuestra clase y novio de Regina.
-Hola –saludó penosamente Amanda.
-Hola –le sonreímos. Luego ellos siguieron conversando y después Mariano la invitó a sentarse, pero dijo que no quería interrumpir ni incomodar a nadie, entonces se fue.
-¿Quién es ella? –pregunté.
-Una chica que conocí en una fiesta. Es amiga de Rodrigo.
-Me gustó su bolso.

Mariano puso sus ojos en blanco.

-Hacía mucho que no la veía, sólo hablábamos por MSN –continuó-. Tiene conecte, se llama Andrés –Mariano nos siguió contando sobre ella y luego se nos acabaron los temas de conversación.

Decidimos ir al parque para variar un poco. En el parque estaban Julio, Luis y otros chicos haciendo nada, para variar. Uno de ellos era un desconocido para mí. Se llamaba Antonio y era muy divertido, además de apuesto.

Pero Antonio se me acercaba demasiado. No sé si no sabía que Pablo y yo éramos novios, pero él comenzaba a incomodarme. No me hubiera molestado si no estuviera saliendo con Pablo, pero sí estaba con él y yo sería fiel.

-Pablo, ¿me acompañas? –le susurré.
-Claro –rió dejando a los chicos que habían comenzado a fumar.
-¿Quién es ese Antonio, a parte de ser amigo de Luis?
-Lo acabo de conocer, no sé quién es exactamente. ¿Por qué? ¿Te está molestando?
-No, no es eso. Bueno, es algo así, en realidad. ¿Sabe que tú y yo salimos, verdad?
-Creo –se encogió de hombros.
-Pues será mejor que lo sepa –dije mirándolo recelosamente.
-¿Qué te hizo?
-Nada, pero se acerca demasiado a mí.
-No me di cuenta. ¿Quieres que hable con él? Voy a hablar con él –Pablo ya se iba cuando lo detuve.
-No, no importa. Tal vez me lo imaginé un poco.
-¿Sabes qué? Olvidémonos de esto. Tengo un plan mejor.
-¿Cuál?

Tomó mi cara entre sus manos y me besó. Sabía a café y un poco a skittles, a skittles de todos los sabores. No duró poco pero tampoco mucho. Aun así fue bueno.

-Me alegro no haber sentido sabor a cigarro en mi boca –le sonreí.
-No fumaré, lo prometo.
-Te amo.

Me dio un pequeño beso en la mejilla y dijo:

-Te adoro.

Y, cuando nos volteamos para regresar con los chicos, mientras Pablo miraba hacia otra parte, pude ver que Antonio nos observaba.



“Hola, Inés.
Iba a esperar que estuvieras aquí en Guatemala para contártelo, frente a frente, como debería ser. Pero creo que será mejor decírtelo de una vez. Las chicas me dijeron que no te lo habían contado aún, y como yo fui la que dio la primera mala noticia me pareció que te lo debería decir yo también.
Mariano y Ceci salen. Ahora es oficial, quiero decir. Hace tres días.
No dejes que esto te derrumbe, por favor. Recuerda que estás celebrando tu cumpleaños, no quiero que te deprimas. No te lo cuento para que la pases mal, te lo contamos (ahora incluyo a todas) porque te queremos y no podemos mentirte ni decirte cosas que no son ciertas.
Inés, te queremos muchísimo. Disfruta de tu semana lo más que puedas y no olvides que, cuando regreses, te estaremos esperando las DIMBRIM.
TE AMAMOS!!!
F/ Regina, pero todas vamos incluidas”.

Me costó darle “Send”, pero tuve que hacerlo.

-¿Vamos a dar una vuelta? –me llamó Pablo por teléfono.
-Mejor ven a casa y ayúdame con el proyecto de arte.
-Me parece perfecto, ahora mismo voy.
-Por cierto, ¿cómo está Isabela?
-Se siente mejor, aunque ayer casi le da fiebre de nuevo.
-Me alegro que ya esté bien, entonces. Si termino todo la iré a visitar.
-Le va a encantar.
-¡Te espero, Papo!
-¡Voy ya mismo, Reggie!

Nos tardamos muchísimo con el retrato que tenía que hacer de arte, pero no me quedaba de otra. Al final no pude visitar a Isabela, pero me prometí a mí misma que al día siguiente lo haría.

-Tengo mucho sueño –le dije a Pablo a las once de la noche.
-Ve a dormir, tienes que descansar.
-Si no adelanto otro proyecto me juntaré con muchas cosas mañana.
-Si te quedas despierta no harás nada bien, porque ya estás desesperada.
-¡Pero si otros días me he dormido mucho más tarde!
-¡Pero hoy es hoy! Tuvimos educación física, ¿lo recuerdas? Corrimos mucho. Mejor sí ve a descansar.
-¿Seguro? ¿Tú me ayudarás mañana?
-¡Te ayudaré toda la vida!
-De acuerdo, me voy a dormir.
-Dame un beso.
-Te doy un abrazo.
-¿Un beso y abrazo?
-No te daré nada –amenacé.
-¿Por qué no?
-¡Porque debes merecerlo!
-¿Y no lo merezco?
-Un abrazo sí, pero hasta ahí –le dije-. Eso o nada, Pablito.
-Muy bien, ¡un abrazo! Pero que sea largo, por favor.

Me acerqué con mis brazos lo más abiertos posible y lo abracé fuertemente. Después le di un fugaz beso en su mejilla y di unos pasos hacia atrás.

-Buenas noches –le sonreí.
-Nos vemos mañana –se despidió saliendo por la puerta-. ¡Te amo!
-Yo un poco. ¡Son bromas! Te amo muchísimo.

Salió y yo ni me detuve a ordenar mis cosas. Apagué la luz y corrí antes que el pánico por la oscuridad me inundara. Me desvestí y puse mi pijama, luego me introduje en mi cama. Un minuto después ya estaba ida.



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Tengo escrito el capítulo desde hace un par de días, pero no lo había podido subir. AL FIN LO SUBO! LO SIENTOO!!! Además, esta semana tuve muchaaaaaaaaaaaaas cosas que hacer, y por mucho que ame el bloog no puedo dejarlo de primero y el colegio de último. La otra semana tengo exámenes cada día, el sábado es mi mañana familiar (con la bendita gimnasia rítmica... ahorita subo entrada en mi otro blog para contar qué es eso) y la semana que le sigue comienzan mis exámenes bimensuales. Si tengo tiempo, les escriboo lo que tenga que escribir!!!

Este cap. no dejó claro qué pasará en el siguientee... Todavía no tengo 100% pensado qué sucederá... ¿A ustedes qué les gustaría?

Gracias y bienvenidas sean mis nuevas seguidoraas!!! Como ven, cuando estaba en vacaciones publicaba casi todos los días, pero ahora el colegio no me deja respirar :S Igual les prometoo que tendrán sus capítulos.

No me gustó muchoo eso que leí de "estás bastante perdida. Aparece". No es como que no quiera publicar, es que no tengo tiempo. Voy a intentarlo de todos modos ^^ Hay una frase que me gustó (tomada del cómic Calvin and Hobbes) que dice: "La creatividad no es como un grifo que puedes abrir. Tienes que estar del humor apropiado". Me parece la pura vverdaad! XDXD [Aclaroo que no estoy enojada].

Graciaas por los comentarioos y sus visitas :D:D:D

Ayer fue el conciertooo de Metallica aquí en guate... Yo no fui porque no soy súper súper fan de ellos aunque sí me gustan sus canciones, pero mis hermanos fueron!! Jeez además ayer, en la radio, estaban contando todo lo que pasaba (antes de que saliera Metallica) y a uno se le ponía la piel eriza!!! :D:D

Pásense por mi otro blog ^^
Paz y amooooooooooooooooooooooooooooooor ;D

P.D.: Ojalá Chile se mejore por completo D: